Una causa común

 Por Antonio Elio Brailovsky {* j

Nos pasamos un montón de arios diciendo que la educación ambiental era indispensable y que el sistema educativo tenía que incorporar en serio los temas ambientales, mucho más allá de aquella clase alusiva que se dictaba para el Día Mundial del Medio Ambiente y que era rápidamente olvidada para reemplazarla por algún otro tema del día Necesitábamos otra forma de aprender los temas ambientales-

Se había iniciado uno de los cambios sociales más importantes del siglo que termina, un cambio que tiene que ver con superar nuestro viejo desencuentro con la naturaleza Como todo cambio pacífico, estábamos apostando al cambio de conductas que se origina en una manera diferente de ver el mundo Participaría la escuela de estos cambios? Tendríamos el apoyo del sistema educativo en la tarea de crear una nueva conciencia ecológica? ~0 deberíamos seguir indefinidamente, una tarea underground tratando de que las autoridades educativas entendieran que el tema era importante y debía ser incorporado? Finalmente, una reforma educativa en curso y el cambio en los contenidos curriculares abren la posibilidad de la educación ambiental en una escala y una profundidad hasta ahora desconocida Como siempre, un cambio favorable no hace desaparecer los viejos problemas, sino que nos enfrenta ante nuevos (y mejores) problemas

Está el sistema educativo a la altura de lo que se espera de él? Podrá cambiarse a sí mismo en un plazo razonable? No es sensato pensar que en el borde del sistema educativo tenemos algunos refuerzos que nos ayuden a cambiar las cosas? Creo que todos aquellos que hayan padecido la escuela del pizarrón y el puntero, del hacer silencio y tomar distancia para que las filas estén parejas como lo queria Napoleón- los que sufrieron, en suma, el autoritarismo de nuestra escuela tradicional, entenderán a qué me refiero. Las letras que entran con sangre, los hombres que se hacen a golpes, son distintos de las letras que entran con sonrisas, de los hombres que se hacen jugando .

 Hay entonces, un, cambio de enfoques y un cambio de métodos Para lograrlos, son Útiles los libros como éste que nos presentan Susana Papale y Alejandro Ruiz- No sólo por el rigor técnico y el atractivo pedagógico en el tratamiento de los temas, sino por una concepción que va mucho más allá Porque la educación ambiental, además de un conjunto de contenidos pedagógicos, significa un conjunto de compromisos con la vida Y el enorme esfuerzo de viviticar un sistema educativo esclerosado requiere de abordales múltiples- Uno de los más ricos es, como dijimos, el aporte de la gente que tiene experiencia docente, pero que también actúa en las organizaciones no gubernamentales y puede contar por experiencia propia, lo que le pasa a la gente

Es decir, aquellos que, por ser la conciencia critica de la sociedad, pueden introducir esa conciencia en un sistema educativo que fue pensado para enseñar a obedecer Si dejamos que esa concepción escolar se apodere de los temas ambientales, si permitimos que las instituciones burocraticen la ecología, los chicos terminarán odiando la naturaleza, así como odian la tabla del siete o los ríos del Asia- Por el contrario, obras ~

como ésta ayudan a vincular la ecología con la vida cotidiana y con la necesidad de transformarla- Este libro es, entonces, una faceta más de la larga lucha contra una educación autoritaria y del esfuerzo porque en las escuelas pueda respirarse un aire más puro.